viernes, 26 de junio de 2015



No creo que se deba utilizar aquel momento, para justificar la elección de Daniel Scioli hoy, como candidato del FpV a la presidencia.

Para empezar, un dato que no es precisamente detalle: Néstor estaba vivo.

A pesar de todos los problemas de entonces, el equipo estaba completo y en pleno despliegue: Néstor el político, Cristina la estadista. El gobierno era asediado pero, como dijimos en otra oportunidad, retrocedía pegando. Aquel kirchnerismo, te seguía peleando desde el suelo. A punto tal que para el Bicentenario ya había recuperado totalmente la iniciativa y en el funeral de Néstor se vio el pueblo en la calle, compartiendo el dolor, como pérdida propia.

Estando ambos, y con aquella predisposición a ir por todo, no solo Scioli; una silueta de cartón pintado podría ocupar actualmente el sillón de Bernardino Empréstito. Por entonces el gobierno corría delante haciendo obra y toda la militancia detrás tratando de alcanzarlo, sin lograrlo jamás, llegando siempre tarde. Memoria frágil, la de algunos compañeros. Situaciones y protagonistas incomparables.

Con seguridad, aquella no es la situación actual. Desde fines de 2011 se comenzó a levantar el pie del acelerador (Crisis internacional mediante, errores políticos propios, pérdida del Comandante Chavez, antes la de Néstor, obvio) Y hacia 2013 se empezó a ceder la iniciativa a favor del neopejotismo, al que poco tiempo después comenzaría a expresar como su mascarón de proa, ya sin disimulo, Daniel Scioli.

La actual proyección del gobernador de Bs. As. a la candidatura mayor, es resultado de la pérdida de la hegemonía K en el Movimiento Nacional Justicialista, a favor del neopejotismo. No es consecuencia de una ya inexistente fortaleza K. Es resultado de la decadencia, no del auge.

El justicialismo K, a lo único que aspiró, fue a entornar a Daniel Scioli, metiendo candidatos sin votos propios, en el ejecutivo y en las listas. Cada candidato K que se sometió a la consideración popular, no movió la aguja y tuvo que renunciar a la lucha. Solo por la ventana pudieron entrar.

El que más lejos llegó fue Randazzo y no le alcanzaba. Decidieron bajarlo (¿castigarlo?) antes de pasar vergüenza en la primaria, perdiendo contra Daniel Scioli y ya ni siquiera poder imponer por la fuerza algunas condiciones que preserven al kirchnerismo de la extinción, aunque más no sea por algún tiempo. Decidieron fugar hacia adelante.

Debe haber mucho mar de fondo en el progresismo K trasversal satélite y, quizá también, en parte del justicialismo K, para tener que dibujar analogías que no resisten el menor análisis.

C.V.

lunes, 15 de junio de 2015



Para el justicialismo K en promiscua sciolización, buena parte de los transversales satélites tipo Carta Abierta, son a esta altura un lastre. Aquello de úselo y tírelo.

Pensar que estos pibes, supuestamente para la liberación, son el futuro del Proyecto K, los herederos de Néstor, da terror. Asco.

Ojalá que la propia Presidenta, mujer de la vieja guardia setentista, incluso Máximo (y hasta el mismo Daniel Scioli) salgan a poner paños fríos y ordenar la piezas para que se mantenga el respeto necesario por un cuadro de la trayectoria -casi heroica- de Eduardo Jozami quien, ahora resulta, según el grupo Scout, que no representa al FpV.

Estos pibes no habían nacido cuando Jozami se estaba jugando la vida por el proyecto nacional y popular, por la vuelta de Perón.

En lugar de salir a decir mariconeadas, si tuvieran un poco de dignidad, le pedirían disculpas. Empleados públicos, son. Chicos de los mandados. Nada más.

Toda nuestra solidaridad personal con Eduardo Jozami.

C.V.