viernes, 20 de febrero de 2015



Este es un buen artículo. Sobre todo por la información que maneja, a la que aquí es difícil acceder salvo para analistas muy especializados en estos temas.

Lo que no me parece es que la guerra entre la OTAN y Rusia sea casi inevitable. Aún cuando los yanquis empujen permanentemente en esa dirección.

Rusia va a ir a una guerra en la que deba responder golpe por golpe, solo si no tiene otra opción. Y sabiendo que, si sale del terreno convencional, 99 de 100 que la borran del mapa. Por el pueblo ruso, ojalá que no se llegue a eso.

Se dice, y hay mucho de cierto, que Rusia no puede perder Ucrania; no puede permitir que se integre a la OTAN. Que llegado ese punto, se vería forzada a responder militarmente en serio.

Creo que si Putin optara por una grotesca remake de la Gran Guerra Patria contra el nazismo, los empresarios mafia rusos, sus socios, difícilmente se lo permitirían. Lo sacarían del medio. Saben que a algún indigno acuerdo con los yanquis y Merkel sería posible llegar. Si Putin fuera el obstáculo, optarían por despejar el camino.

Los ex socialburócratas no implosionaron Urssia y soltaron la mano a sus satélites de entonces, para ir a la guerra contra el imperialismo. Al contrario. Lo hicieron para asociarse al imperialismo, reconvertidos en los empresarios mafia que son ahora. Aunque no les esté saliendo como esperaban, esa fue la idea original y sigue siendo "la" idea. En igualdad de condiciones con el imperialismo, mejor. Pero de última, subordinados. Incluso, arrastrados.

Putin no tiene en Rusia un liderazgo indiscutido. No le responde todo el aparato político (que en realidad está más dibujado que vivo y no tuvo una renovación profunda de cuadros desde la época del PCUS) pero, lo que es más decisivo, no controla totalmente las feudalizadas fuerzas armadas rusas. Actualmente cada integrante del alto mando es un capo mafia con intereses propios.

De la única manera que podrían decidir ir a la guerra, y aún así, estarían dispuestos a negociar, sería si Obama les bombardeara la cuenta bancaria.

C.V.

jueves, 19 de febrero de 2015





Les recomiendo que en algún momento se tomen media hora -es lo que dura el audio- para escuchar a Atilio Borón en el Plenario Nacional de la CTA en Santa Fe.

Hace una descripción absolutamente seria, del mundo real existente.

Habla de la decadencia del imperio americano y consecuentemente, de su feroz agonía.

Del protagonismo creciente de China, Rusia, Irán, India y otros.

De la necesidad yanqui de replegarse hacia su histórico patio trasero latinoamericano, recolonizándolo, luego de haberlo "descuidado" en los últimos lustros.

De cómo la apertura hacia Cuba es parte ineludible de esa política de recolonización regional.

La posibilidad concreta de que las insalvables diferencias de intereses entre Estados Unidos, Europa y Japón, de un lado, y China, Rusia y otros, enfrente, lleve inevitablemente a una devastadora, total tercera guerra mundial que ya empezó en distintas zonas del planeta.

Impecable descripción, de Borón.

No obstante, llama la atención que en media hora de exposición, no hay una sola referencia expresa, clara, a la integración regional. A la necesidad de unirnos como sólido bloque regional para insertarnos en la multipolaridad que se comienza a construir en este siglo XXI.

Al final de la exposición, hace una referencia muy general a la necesidad, para los gobiernos postneoliberales de la región, de ver el nuevo mundo que empieza a configurarse, mundo que ya no es estrictamente aquel unipolar que surge de la caída del muro y la implosión de la URSS y aliados (y, agregamos, del viraje chino postmaoista)

Pero nada indica que la propuesta sea entender lo que está pasando en el mundo y, como bloque, aprovechar las contradicciones existentes para alcanzar la segunda independencia. No. Más bien parece una invitación a recostarse políticamente en uno de los bloques enfrentados.

¿Es ese el mejor camino a transitar por los nuestroamericanos? ¿Arriesgarnos a que la región se convierta en potencial campo de batalla en la disputa entre las grandes potencias?

¿Tan difícil es pensar la autonomía política, económica y cultural de la región, los caminos para construir identidad, siempre en el mundo, pero desde nuestras necesidades?

C.V.


lunes, 16 de febrero de 2015








Así celebra Bolivia el tradicional Carnaval de Oruro


El Carnaval de Oruro es una de las expresiones culturales más importantes de Latinoamérica y se celebra en la ciudad de Oruro, al sur de La Paz. Participan más de 48 conjuntos folklóricos distribuidos en 18 especialidades de danzas, provienentes de distintas partes de Bolivia. En 2001 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.

domingo, 15 de febrero de 2015