sábado, 30 de agosto de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014
La soberanía nacional y popular
Por Jorge Cardelli
Toda la euforia del mundial va quedando en el
camino mientras emerge la realidad con todo su peso, expresada a través del
aumento de la pobreza, la inflación, la recesión y la creciente represión sobre
los trabajadores y los sectores populares.
La realidad, que el gobierno mira como si no fuera parte de ella, también le es
dura porque cada vez es más visible el
agotamiento del intento neo desarrollista que ahora lo obliga a
recurrir al ajuste fiscal y al enfriamiento de la economía. La inflación sigue
siendo el mayor azote a los salarios. Ya ha pasado, según la proyección anual
más moderada, el 32 o 33% y con ello supera el techo de las paritarias.
Este año será otro de pérdida de poder adquisitivo. El déficit fiscal se vuelve
grave en tanto es un activador de la inflación y por otro lado no es visible
cual es su horizonte. Se lo justifica como motorizador del consumo y por lo
mismo activador de la economía. Pero eso es una generalidad, no motoriza nada y
en realidad expresa una negación de la realidad: el carácter monopólico de nuestra economía dependiente.
El superávit en la balanza comercial se va achicando mientras crece el déficit
en la balanza de pagos. Aumentan su peso los pagos de la deuda externa, las
importaciones industriales para que funcione la economía, las importaciones de
energía, la fuga de divisas aunque ahora este más controlada. La industrialización y la sustitución de
importaciones quedaron en el camino. Somos deficitarios en la
industria automotriz, la electrónica y también en otras con potencial
tecnológico como para haber avanzado realmente en la sustitución de
importaciones.
Nuevamente el látigo estructural de
la dependencia cayó sobre el intento kirchnerista. La dependencia no es una cuestión
coyuntural, es una relación de dominación que estructura y reestructura el
país, en todos los planos, a través de los diferentes modos históricos de
inserción en el mercado mundial con sus correspondientes hegemonías.
La crisis siempre llega por el mismo camino, déficit de la balanza de pagos,
escasez de dólares.
Uno de esos latigazos de la dependencia se hizo sentir esta vez por vía del
fallo del Juez Norteamericano Griesa, que nos exige que le paguemos a los
especuladores que quedaron fuera de los dos últimos canjes. Compraron bonos
por 48 millones de dólares y lograron una sentencia que les permite cobrar
alrededor de 1500 millones de dólares.
Es importante señalar que el fallo del Juez Griesa es una muestra de la
complicidad de la justicia norteamericana con lo peor del capital financiero. Es una verdadera agresión a nuestro país,
por cuanto impone al gobierno argentino un tratamiento diferente del que
decidió darle a los fondos que quedaron fuera de los dos canjes de deuda del
kirchnerismo.
Pero también es importante señalar que toda esta pretendida imposición
política por vía jurídica fue posible por la
voluntad negociadora de los Kirchner y de los gobiernos que los precedieron,
que no tuvieron ningún problema en ceder soberanía sometiéndose a la justicia
norteamericana, en las operaciones financieras de emisión de bonos y que se
continúa con los canjes de deuda del Kirchnerismo.
A partir del hecho objetivo del desconocimiento de Griesa de la decisión del
gobierno argentino por vía jurídica, la Presidente Cristina junto a las
expresiones más “ideológicas” del kirchnerismo, montó un relato donde denuncia
a la justicia norteamericana por su carácter persecutorio, su carencia de
fundamentos jurídicos, políticos y éticos y su aspecto atentatorio con las
diferentes negociaciones que hoy se llevan adelante en el orden internacional
por parte de los organismos financieros internacionales.
Este discurso, fogoneado a través del poderoso aparato mediático gubernamental,
montado en una media verdad, la irracionalidad del fallo jurídico, y ante un
pueblo con una fuerte tradición antinorteamericana como el nuestro, sensibiliza
y hasta despierta adhesión en algunos sectores populares.
Al momento de escribir este trabajo, la Presidente está anunciando el envío de
una ley al Congreso donde pretende recuperar soberanía, poniendo como lugar de
pago a los bonistas que entraron en el canje el Banco de la Nación Argentina.
Pero en el mismo lugar anuncia que le depositará a los fondos buitres lo que
les corresponde si hubieran entrado en el canje. Todo esto en el marco de una
gran retórica pagadora.
Se denuncia a Griesa por obstaculizar
nuestra voluntad pagadora y no por ser un agente del capital monopólico
financiero norteamericano, socio responsable de la deuda fraudulenta a la que
nos encontramos sometidos por la voluntad de la Dictadura Militar.
Este gesto, aunque limitado, es valorable pero solo es complementario de lo
principal, investigar el carácter
fraudulento de una deuda externa impagable.
Pero en esta oportunidad el impacto del relato no tiene la fuerza de antes. Es
que cada vez muestran más fragilidad lo que aparecía como logros kirchneristas.
Una muestra de esto es el crecimiento de la represión y el retroceso en el
plano de los derechos humanos, la voluntad de “amigarse” con los organismos
financieros internacionales o recurrir al ajuste para controlar la inflación,
bajar los salarios y recuperar los equilibrios macroeconómicos.
Lo que el relato kirchnerista oculta es el carácter fraudulento de la deuda
externa demostrada por el juez Ballesteros en el 2000, a partir de la causa iniciada
por el Dr. Alejandro Olmos ya en la Dictadura Militar. El gobierno de los Kirchner,
a partir de la declaración del default del Rodríguez Saa, debía por vía del
Congreso de la Nación, siguiendo las investigaciones del Juez Ballesteros,
auditar la deuda externa y decidir sólo el pago de la parte legítima. En lugar
de esto decidieron legitimarla de conjunto, incluyendo su origen en la
Dictadura y su carácter fraudulento.
Esto lo hicieron por vía de los canjes y presentando a estos como si fuera una negociación,
que además de reducir el monto de la deuda, fortalecía nuestra soberanía. La
realidad fue otra. La reducción de la deuda es discutible, la soberanía quedó
en el camino porque el gobierno está dispuesto a pagarle a los especuladores
por vía de una negociación que no ponga en peligro los canjes.
La respuesta de fondo a esta crisis de falta de dólares por parte del gobierno
y con la solidaridad de las fuerzas políticas de oposición (UNEN, PRO y Frente
Renovador) es volver al mercado internacional de capitales. Para ello
cumplieron con las exigencias inmediatas de pagar a Repsol (6000 millones de
dólares), arreglar con el Club de Paris (9700 millones de dólares) y pagar las
deudas al CIADI (600 millones de dólares). La nueva exigencia que tenían que
cumplir era la de llegar a un acuerdo con los Fondos Buitres. Pero ante la
decisión de Griesa de poner en riesgo los canjes, el gobierno de Cristina
decidió no cumplir la sentencia de Griesa e ir al default.
Estas exigencias inmediatas de las instituciones del capital financiero
imperialista se expresan en nuestro país de manera concreta, a través de la
palabra de los economistas de las fuerzas políticas opositoras de Massa, Macri
y UNEN. La posibilidad de un acuerdo no está cerrada pero se deberá hacer en
los marcos de que no se ponga en riesgo lo que el relato kirchnerista considera
uno de sus logros más preciados, los canjes y lo que ellos consideran como su
política de desendeudamiento.
En caso de que esto suceda lo más probable es que en una primera etapa, los
fondos del mercado de capitales sirvan para pagar deuda y luego ir a un
endeudamiento mayor. Los compromisos hasta fines del 2015 rondan los 30.000
millones de dólares y las reservas no llegan a esos montos. Es claro que todo
eso se pagará con mas endeudamiento y en esa perspectiva coinciden tanto el
Gobierno nacional como la oposición con peso mediático.
El regreso al mercado internacional de capitales también tiene otras
exigencias. En lo principal plantean que la estructura económica debe generar
condiciones de pago en caso de nuevos endeudamientos y de repatriación de
utilidades en caso de inversión directa. Esto, en la perspectiva del mercado
internacional de capitales, implica un ajuste fiscal que se manifestará en los
bolsillos de los trabajadores. La realidad es que el ajuste ya está en marcha
desde el primer trimestre del año por lo menos y de manera creciente con la
represión institucionalizada por parte del gobierno.
Por ejemplo la recesión ya no se discute y combinada con una inflación que
no baja, tiene un efecto regresivo sobre los salarios que ya es una realidad.
Dicho de otra manera, el proyecto de Cristina de regresar al mercado
internacional de capitales viene caminando desde fines del año pasado por lo
menos. El fallo de Griesa fue un traspié que ha complicado la estrategia
del gobierno pero, mas allá del relato “nacionalista”, las negociaciones
seguramente continuarán buscando arreglar antes de fin de año, con la condición
de no afectar los canjes de Nestor y Cristina.
Entre el relato del gobierno nacional construido sobre medias verdades y el de
los opositares con peso mediático, construido también sobre verdades parciales,
por ejemplo la corrupción gubernamental o los problemas de la gestión de
gobierno como causa de la crisis actual, queda
oculto lo principal, el carácter dependiente de nuestra estructura económico
social y su subordinación a las políticas neocoloniales de las potencias
imperialistas. El caso del
fallo del Juez Griesa es un ejemplo en el plano del capital financiero
oligopólico de una política neocolonial y las respuestas gubernamentales de
nuestro país, desde los Kirchner para atrás son un ejemplo de subordinación
dependiente.
Las investigaciones y denuncias de Alejandro Olmos, el correspondiente fallo
del Juez Ballesteros y el señalamiento por el mismo de la responsabilidad del
Congreso Nacional de investigar el proceso de endeudamiento a partir de de
mostrar en su fallo, con muchos elementos, su carácter fraudulento; la no
investigación por parte del Congreso, siendo que los Kirchner contaban con la
suficiente mayoría y poder político, muestra
la decisión de subordinarse a la fuerza del capital monopólico financiero
imperialista. Usaron esa fuerza para el canje de Néstor y Lavagna y
otro posterior que en los hechos legitimaba la deuda fraudulenta y cedía
soberanía a los tribunales norteamericanos.
El incumplimiento del Congreso de esta responsabilidad, siendo que es parte del
aparato del estado, en complicidad con el Poder Ejecutivo y con la anuencia del
poder legislativo, muestra en la realidad a quién responde el estado,
especialmente en su núcleo dirigente. La
oligarquía terrateniente, el agronegocio, el capital oligopólico imperialista,
el extractivismo minero y petrolero y la llamada burguesía nacional trucha que
en realidad es intermediaria de los diferentes proyectos de dependencia, son
los que dirigen las orientaciones del aparato del estado, a través de las
diferentes mediaciones de los núcleos históricos de bipartidismo,
justicialistas (los más fuertes) y radicales (acompañantes esenciales)
También son claves en esta mediación los medios masivos de comunicación
controlados por el capital oligopólico comunicacional y las organizaciones de
intelectuales orgánicos que los alimentan, produciendo un conocimiento
alimentado de verdades parciales, pero por sobre todo ocultando los objetivos neocoloniales del imperialismo en alianza con
las clases dominantes de la estructura dependiente de nuestro país.
La rebelión popular en nuestra
historia de emancipación
Hay que ver a lo largo de nuestra historia el papel central que jugaron las
rebeliones populares en el nacimiento de grandes fuerzas políticas nacionales
como la UCR y el peronismo, pero como
por falta de compromiso antimperialista, terminaron siendo herramienta
centrales de la dominación neocolonial, por vía de la sistemática
rearticulación de la dependencia, orientando nuestro aparato productivo a las
exigencias históricas e imperiales del mercado mundial.
Estoy hablando del Yrigoyenismo, su nacimiento en la Revolución del Parque y
su gran triunfo, la ley del Sufragio
Universal de 1912 y que llevara a Yrigoyen a la presidencia en 1916 o del
Peronismo, que lo hizo posible el 17 de
Octubre de 1945 y que abrió el ancho cauce de las conquistas sociales de
los trabajadores. Este estado ha tomado decisiones que han sido avances
revolucionarios, como el Juicio y Castigo a los militares genocidas, que han
calado hondo en la conciencia popular y antimperialista, cuando el origen de
las mismas emergió de grandes rebeliones populares.
Esas rebeliones canalizaron su fuerza en el estado por vía electoral pero luego
fueron incapaces de profundizar la organización popular y los avances
revolucionarios realizados. Luego vinieron las neutralizaciones, los
retrocesos y finalmente la adaptación a
las exigencias de las orientaciones imperialistas predominantes. Una
herramienta clave para estos retrocesos hasta el año 76 fueron los golpes de
estado, donde el del 76 se destaca por su carácter claramente genocida y brutal
en la represión a las organizaciones populares y revolucionarias.
A partir de fines del 83, luego de la derrota del intento de la Dictadura de
perpetuar su proyecto político, se estableció el orden político actual,
republicano, que lo único que tiene de democrático es la periodicidad de las
elecciones y lo que fuimos conquistando las organizaciones populares con la
lucha sistemática. El ejemplo emblemático es el juicio a los militares
genocidas. La estabilidad de este orden político se asentó en el compromiso
de las dos estructuras bipartidistas históricas de ser ellos los que en la
dirección del estado siempre se adecuaran a las exigencias de la dominación
neocolonial. En realidad el “Nunca Más” era doble, nunca más a los golpes
de estado y nunca
más a los proyectos nacionales, populares y democráticos por vía electoral. La
rebelión del 2001-2002 los asustó porque emergió una crisis de hegemonía.
No olvidemos que las clases dominantes tienen terror a la rebelión popular.
Este es el núcleo duro de la crisis política de nuestra Argentina. Un pueblo
que no ha vacilado en llevar adelante grandes rebeliones para conseguir avances
revolucionarios. Por ello el mérito de Duhalde y del Kirchnerismo para las
clases dominantes es que supieron recuperar la gobernabilidad o, como decía
Kirchner, salir del infierno del 2001-2002.
Pero siempre lo dejaron claro: queremos
un “capitalismo serio”. Para ello tuvieron que hacer importantes
concesiones al movimiento popular.
La brutal devaluación del 2002, el default y la aparición de China como otra potencia imperialista emergente en
los marcos del orden imperialista mundial, le posibilitaron al
kirchnerismo reformular un proyecto dependiente con un discurso antineoliberal
y antinorteamericano. Esto y las concesiones al movimiento popular le
permitieron tomar distancia del neoliberalismo duro y pronorteamericano de
Menem y de la debacle de De la Rúa.
La historia del Siglo XX de nuestra patria está llena de rebeliones populares y
solo alguna de ellas llegó a convertirse en una fuerza política organizada con
un programa de contenidos nacionales, populares y democráticos. Esta fuerza
se construyó básicamente desde el gobierno al que arribaron por vía de
mecanismos electorales. La insuficiencia de sus programas y la falta de consecuencia
con una voluntad de liberación nacional y social generaron las condiciones para
que fueran derrotadas por las estructuras políticas y militares de las clases
dominantes. El saldo de este proceso son
las estructuras actuales del bipartidismo.
Necesitamos un Frente nacional,
Popular, Democrático y de Emancipación
Dicho lo anterior el desafío de
construir una alternativa consecuente de liberación nacional y social continúa
pendiente. Como dice un aforismo latinoamericano “transitar de la rebelión a la revolución”. Esta alternativa no es solamente un
capricho voluntarista sino la necesidad de superar la creciente profundización
de la crisis estructural de la dependencia argentina. Señalo solo dos
elementos centrales de esta crisis como mínimo.
En el plano productivo el carácter
estructural de la crisis se expresa por un lado en que se profundiza la
desindustrialización del país y a su vez la industria que se desarrolla es
crecientemente dependiente de la inversión extranjera y del financiamiento de
las importaciones necesarias por parte de las exportaciones agropecuarias. Desde
la Dictadura en adelante no se ha detenido el proceso de desindustrizaciòn y a
su vez la industria que se desarrolla es altamente dependiente (en lo
tecnológico y en sus orientaciones estratégicas) del capital imperialista.
Hoy más que nunca necesitamos avanzar en la industrialización de nuestro
país en una dirección autónoma, sustentable y a través de un proyecto que sea compatible
con la producción de recursos naturales existente en nuestro país. Necesitamos trabajo genuino y no artificial,
inventado para justificar el subsidio que permite garantizar la gobernabilidad.
Por otro lado la crisis estructural
de la dependencia se expresa en que la función de la producción
agropecuaria es exclusivamente la de la exportación para producir los dólares
necesarios para financiar las importaciones, las remesas de utilidades del
capital imperialista, la deuda externa, las patentes de la dependencia
tecnológica y muchas veces el turismo. Esto genera una profunda
distorsión del uso de la tierra, limitando así su uso potencial en la dirección
de la producción de alimentos para nuestro pueblo y en la producción de insumos
para nuestro desarrollo industrial. Esto en el marco de una inmensa depredación
ambiental. Es
clave avanzar en una reforma agraria por vía de garantizar el acceso
democrático a la tierra. La tierra es de todos los argentinos y su uso debe
estar en función de las necesidades del conjunto y no de unos pocos
terratenientes.
Otros dos centros de la crisis
estructural de la dependencia son la energía y el transporte. De lo
dicho anteriormente se ve rehabilitada la hipótesis histórica de que de la crisis estructural de la dependencia
no se sale con más dependencia sino con una profunda transformación del aparato
productivo de nuestro país. Esto
es imposible sin arribar al aparato del Estado y con el suficiente poder
popular para producir avances revolucionarios reales y no terminar gestionando
una nueva reformulación dependiente con la consecuente generalización de la
pobreza de nuestro pueblo.
Hablar de una alternativa nacional, popular y democrática implica gestar un espacio dirigente, el
Frente Nacional, Popular y Democrático y de Emancipación, capaz de
constituirse en una herramienta clave para los siguientes objetivos:
*Contribuir y promover el desarrollo de un
gran frente social de organizaciones populares que motoricen las luchas
populares, teniendo como horizonte profundizar la movilización popular y en
torno a un programa reivindicativo compartido. En esta construcción la CTA
debe jugar un importante papel como así también las organizaciones campesinas,
de pueblos originarios y de sectores populares donde la pobreza gesta
sistemáticamente desigualdad y niega la existencia de derechos.
*Contribuir y promover el desarrollo de un
gran frente electoral que nos permita aproximarnos al estado y a su vez
hacer uso de este para profundizar la organización popular. El horizonte
es arribar al poder del estado con el
apoyo de la movilización popular, a los efectos de contar con la suficiente
fuerza para avanzar en un programa de profundas transformaciones económicas,
políticas y culturales, en síntesis revolucionarias o de liberación nacional y
social.
*Contribuir y promover el desarrollo de un programa antiimperialista,
nacional, popular y democrático, que haga visible la dominación neocolonial y el carácter estructural de la dependencia,
que represente los intereses de los sectores populares y que estos a su vez
sean, de diferentes maneras, protagónicos en su elaboración. Un programa no es
un producto de intelectuales ni un listado de reivindicaciones populares. Es
una síntesis de ambas cosas y por sobre todo es una guía para la acción política desde el estado. Una acción que
debe ser profundamente democrática. Una
guía para la acción hacia las transformaciones económicas, sociales y
culturales buscadas. En ese programa es clave que no solamente estén
presentes las reivindicaciones de los trabajadores y de los sectores populares
sino también, cómo será su protagonismo en el logro de las mismas. Este programa debe incluir los objetivos de
una profunda transformación del estado en la dirección de una república popular y democrática.
*Contribuir y promover el desarrollo
y la formación de dirigentes populares con una clara conciencia
antiimperialista, antioligárquica, democrática y comprometida con las
transformaciones necesarias para hacer realidad los objetivos históricos de
independencia económica, la justicia social, la soberanía política, la unidad
latinoamericana y en los marcos de una república popular y democrática.
*Contribuir y promover el desarrollo de una perspectiva ideológica y cultural
que recoja las tradiciones revolucionarias del pensamiento universal, de
nuestros pueblos latinoamericanos y de nuestra Patria. Es desde este
pensamiento desde donde debemos convocar a los sectores medios progresistas,
mostrando la decadencia de las perspectivas ideológicas neoliberales y la
riqueza de horizontes que se abren desde una mirada intelectual, que es capaz
de incorporar tanto el conocimiento científico como el que se produce en el
trabajo productivo y colectivo o en las luchas populares y culturales. Riqueza
que surge de hacer visible la dominación cultural neocolonial y de la
sistemática reflexión en torno a la práctica de transformaciones sociales y
políticas revolucionarias.
El Movimiento Político, Social y
Cultural o el Frente, Nacional, Popular, Democrático y de Liberación emergerán
como una síntesis de este espacio dirigente y de su convergencia, en unidad,
con las luchas populares de los movimientos sociales y de las fuerzas
electorales populares y democráticas.
Para finalizar me parece importante señalar que en la actual etapa de la
construcción de la alternativa nacional y popular el eje de la soberanía
sobresale con particular fuerza. Esto se muestra en la necesidad de
denunciar y confrontar, por vía de la movilización popular, con la voluntad
pagadora de la deuda externa fraudulenta, con la entrega al capital extranjero
de nuestros recursos naturales y en la creciente extranjerización de las
industrias que tuvieron origen nacional y a su vez los dueños de la tierra y el agronegocio en su proyecto de
primarización de nuestra economía, convirtiéndola en una estructura altamente
dependiente de las exportaciones al mercado mundial.
Finalmente quiero decir que soy conciente de que esta reflexión, motivada por
el tema de la deuda externa, está en un plano indiscutiblemente abstracto, pero
persigue el fin de aportar a la comprensión del proceso global de construcción del Movimiento Político,
Social y Cultural de Liberación, que aspira a convertirse en una
herramienta de dirección del desarrollo organizativo y político del movimiento
popular, en la dirección de la liberación social y nacional.
Cursiva C.V.
Cursiva C.V.
miércoles, 27 de agosto de 2014
martes, 26 de agosto de 2014
lunes, 25 de agosto de 2014
El caso Berni, es similar, salvando las jerarquías, claro, al que tenía Néstor con el hoy gobernadormotonauta, antes, vice.
Carlos Saúl Scioli era viable, porque estaba Néstor para guiarlo.
Eventualmente, luego, Cristina.
Solo, hubiera sido (a futuro será) una frustración para el Proyecto K.
Con Berni la situación tiene su parecido con la de Scioli.
Con Berni la situación tiene su parecido con la de Scioli.
Vigilado, guiado, es un funcionario eficiente.
Cuando se maneja por la propia, porque lo dejan hacer desde donde deberían ponerle el límite,
lo gana el lado oscuro y se vuelve un problema para el Proyecto K.
No hay mucho misterio.
No hay mucho misterio.
Bien conducido es, hasta cierto punto, inofensivo.
Suelto, le sale la bestia.
Pero alguien lo suelta.
Pero alguien lo suelta.
Es quien está dando un mensaje de hacia donde irán los cosas a partir de 2015.
Habría que precisar bien quien está enviando el mensaje.
De donde sale la advertencia.
Cual es la fuente originaria.
Clarificaría mucho el juego.
C.V.
Clarificaría mucho el juego.
C.V.
domingo, 24 de agosto de 2014
Por último, les comparto una cita de Galeano
que podría
acompañar las reflexiones de Claudio Veiga,
"Hasta el mapa miente. Aprendemos la geografía del
mundo en un mapa que no muestra el mundo tal cual es, sino tal como sus dueños mandan
que sea.
En el planisferio tradicional, el que se usa en las escuelas y en
todas partes, el Ecuador no está en el centro, el norte ocupa dos tercios y el
sur, uno.
América Latina abarca en el mapamundi menos espacio que Europa y
mucho menos que la suma de Estados Unidos y Canadá, cuando en realidad América
Latina es dos veces más grande que Europa y bastante mayor que Estados Unidos y
Canadá.
El mapa, que nos achica, simboliza todo lo demás. Geografía robada,
economía saqueada, historia falsificada, usurpación cotidiana de la realidad
del llamado Tercer Mundo, habitado por gentes de tercera, abarca menos, come
menos, recuerda menos, vive menos, dice menos"
E. Galeano
Nos hemos formado, considera Samar en su artículo
publicado por Página (*),
con la imagen del planisferio inspirado en Mercator,
como la de nuestro lugar en el mundo.
Y nuestros hijos, todavía hoy, también.
A
través de generaciones, lo hemos naturalizado.
Un lugar en el mundo que nos conduce a autopercibirnos
desde la marginalidad,
al pensarnos con las categorías con las que nuestros
dominadores ven el mundo.
Categorías que son, simplemente, producciones culturales
y expresan, nada más, una ideología.
Una ideología que es, para decirlo sin
vueltas,
la forma eurocéntrica de ver el mundo e imponerla a quienes los
centros,
consideran periferia.
Superar esa colonización cultural,
sigue siendo una de
las principales asignaturas pendientes.
Constituir nuestra identidad argentina,
suramericana, nuestroamericana. Ser en el Sur.
¿Qué es el sur? quizá se pregunten.
Me viene a la memoria, la respuesta que el Coronel retirado Aníbal Razatti,
personaje de la película Sur,
aquella de Pino (el otro Pino…)
da a sus no-colegas de la última (ojalá que para siempre)
dictadura cívico-militar:
“Si
ustedes no saben lo que es el Sur, es porque son del norte”.
Bueno, creo que la geopolítica del conocimiento
que
subyace a la nota de Samar,
es la de los argentinos de la Patria Grande, los
argentinos del Sur.
Escrito de Claudio Veiga para el curso
Cartografías del poder y geopolítica del conocimiento, Escuela de Defensa Nacional, Instituto Geográfico Nacional, Ministerio de Defensa de la Nación Argentina.
(*) Roberto Samar, Licenciado en Comunicación Social (UNLZ), docente de Comunicación Social y Seguridad Ciudadana (UNRN) Planisferio, representaciones y poder: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-223142-2013-06-27.html http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-223142-2013-06-27.html
ROSSI LANZO SU PRECANDIDATURA CON UN ACTO MULTITUDINARIO EN ROSARIO
“Garantizo la continuidad”
El ministro de Defensa defendió las medidas adoptadas desde 2003, como la recuperación del sistema jubilatorio, la estatización de YPF y la Asignación Universal por Hijo.
Además, cuestionó a la oposición y reivindicó el liderazgo de Cristina Kirchner.
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