martes, 30 de septiembre de 2014





Dilma-Lula no deberían subestimar a Silva y sus potenciales aliados en segunda vuelta, 
aún cuando en primera pudieran tenerla más fácil. 

En algún momento Silva va a tener que construir alianzas si, en caso de ganar, quiere tener alguna gobernabilidad. Silva no existe políticamente; es un invento. Lo que vuelve mas lamentable aún, que esté quitando el sueño al PT. Se tiene que haber degradado mucho 
el Lulismo para llegar a esta situación.

Seguramente la disputa en segunda, será el momento de Silva para intentar construir alianzas, que inevitablemente necesita para llegar al gobierno; y en esa circunstancia, 
o concede mucho a la derecha dura, o no gana.

Por eso, el PT necesita recorrer cada rincón de Brasil, no solo defendiendo lo que hizo hasta ahora, que es mucho, sino comprometiéndose a concretar lo que falta, que es muchísimo, 
empezando por la reforma agraria y la reforma política.

No le vendría nada mal al PT volver a su origen, descartando el actual reformismo rosa, 
su giro pleno a la centroizquierda, que lo tiene acorralado.

En segunda vuelta, disputar la base de masas que la derecha tiene 

-si no la tuviera, no tendría los votos que efectivamente suma en cada elección-, 
en lugar de negociar con esa derecha para ampliar la base electoral del PT. 
Si el Lulismo sigue engordando hacia la derecha, cada vez será más vulnerable, dependiente, 
aunque gane la elección. 
En la base social de la derecha, hay millones de votos potenciales a Dilma.

El contrataque imperial a la integración regional, se facilitaría sustancialmente 
si perdemos nada menos que Brasil. 
A esta altura Dilma no enamora a nadie. 
Pero es lo que hay. 
Todo lo otro es peor. Absolutamente depredador.

C.V.




lunes, 29 de septiembre de 2014



RECORDATORIO DE LA MUERTE DE ABELARDO RAMOS

Veinte años después

En 1994 moría el Colorado. Las distintas caras del hombre que varió tanto 
como lo hizo el mundo durante su vida de militancia.

Por Alejandro Horowicz
"Para comer carne en la Argentina hay que faenar a la oligarquía." 
(Dicho en televisión, campaña del Frente de Izquierda Popular, 
durante febrero del 73, por Jorge Abelardo Ramos)



Hace dos décadas fallecía en Buenos Aires Jorge Abelardo Ramos (1921 - 1994). 
No siempre biología y política coinciden. 

El mundo en el que Ramos moría y el que lo vio nacer a la militancia no podían ser más dispares. El orden internacional gestado en la II Guerra Mundial, el mundo bipolar soviético norteamericano, ya era puro pasado. La implosión de la URSS, antecedida por la caída del Muro de Berlín en 1989, y la desaparición del Partido Comunista de la Unión Soviética, no sólo supuso la derrota del socialismo ruso, sino de todos los socialismos en actividad: desde el Fabiano hasta el cubano. 

Una contrarrevolución triunfante puso fin al horizonte que Octubre del 17 instalara, con Lenin y los bolcheviques a la cabeza, en la vieja Europa. 
Mussolini y Hitler, primero, y los herederos de Stalin, tras el XX Congreso del PCUS en 1956, siguiendo punto por punto la propuesta de su salvaje mentor, 
enterraron ese proyecto. No sólo fueron asesinados impiadosamente  todos los camaradas de Lenin en los Juicios de Moscú del '36 al '38, incluyendo el zapapico a Trotsky en su exilio mexicano, el PCUS garantizó asimismo la inanidad de toda la izquierda europea. 

La victoria de Hitler fue facilitada, auspiciada, conseguida mediante la división de socialistas y comunistas alemanes; división ordenada por Moscú y acatada en todas partes. Y si alguna duda resta, el Pacto Molotov Ribbentrop –firmado por los cancilleres de Rusia y Alemania– y la repartición de Polonia entre Hitler y Stalin, cierra ese debate. Stalin inicia la guerra como aliado de Hitler, y la culmina como aliado de Roosevelt. 
Un escándalo que no escandaliza.

 Una vez derrotado el fascismo por la coalición soviético-norteamericana, con una estela de 60 millones de muertos como parte de la estética de Auschwitz, la ola revolucionaria en Francia, Italia y Grecia fue contenida, primero, y sometida mas tarde. 
Nada se movía sin control de la KGB. Stalin no sólo modifica el programa del Partido Comunista inglés, expurga sin comentarios la dictadura del proletariado, al tiempo que reduce ese proyecto socialdemócrata europeo a liberalismo soso, a progresismo hueco, a revolución imposible. El eurocomunismo, continuación de la misma política con similares instrumentos, no fue otra cosa que la capitulación incondicional del movimiento obrero ante el welfare state. Y la Perestroika de Mijail Gorbachov, la rendición final. 

Esa derrota histórica aún aguarda su balance, y no sería la generación de Ramos la que nos proporcionara el nuevo mapa de la lucha política. Por cierto, suena excesivo exigirle al fundador de la izquierda nacional que asuma personalmente los déficits del pensamiento socialista del siglo XX. 

En su juventud el "Colorado" había levantado el programa de la IV Internacional, programa que incluía entre sus banderas la defensa incondicional de la URSS, junto a las tesis trotskistas de la revolución permanente. Ramos las leyó sociológicamente, por tanto la revolución nacional democrática no podía ser otra cosa que el punto de partida –la puesta en acto– de un proyecto en interrumpida marcha hacia el socialismo. 

De modo que la defensa de los movimientos nacionales, como el peronismo en la Argentina, o la Revolución Mexicana, formaba parte de esa farmacopea revolucionaria.  
Una cosa era la defensa de los procesos nacionales con la Revolución Rusa viva, y otra bien distinta su caricatura posterior. 

En la década del '90, con las revoluciones nacionales en estado de putrefacción, esa defensa constituía un anacronismo mayúsculo, suponía defender un Estado inexistente, la URSS, junto a un proyecto sin sujeto político. La relación entre programa socialista y lucha política –a resultas de tamaña derrota– debía ser pensado de nuevo. Ramos no lo hizo, y no es por cierto el único que faltó a la cita. 

Es posible sostener que el trotskismo juvenil de Ramos hacía mucho que no jugaba ningún papel en su política práctica. Durante los '70 había explicado a quienes quisieron oírlo que León Trotsky era un obstáculo para la articulación de un campo de fuerzas capaces de hacer triunfar la revolución nacional, primera estación del socialismo latinoamericano. 

Amigo personal del griego Michel Pablo (célebre dirigente de la Tendencia Marxista Revolucionaria, como así también de la IV Internacional hasta1965), reproducía en la revista Izquierda Nacional los trabajos de Pablo sobre la autogestión proletaria. Esto es, el método para el gobierno directo de las empresas bajo control obrero, método que debía evitar la cristalización de la temida casta burocrática; impedir que terminara usurpando políticamente al proletariado, garantizando con ese instrumento la inexistente democracia obrera; en la URSS, en la China de Mao, en la Yugoslavia de Tito, en todas las revoluciones que triunfaron bajo las banderas del socialismo, la misma casta tenía la misma mala costumbre: "traicionar". Algo andaba mal en la lógica del poder obrero. 
La revolución estallaba, el socialismo también.  

En todo caso las banderas de la revolución proletaria, incluso en su forma nacional, y las del gobierno de Carlos Saúl Menem parecieran de conjugación imposible. El "Colorado", tras ser un crítico implacable del stalinismo criollo, tras apostrofar la claudicación del PCA ante la Unión Democrática del 45, terminaría siendo embajador del gobierno más cipayo de la historia nacional; un dato curioso: tanto la revolución productiva, como el salariazo menemista fueron defendidos por Ramos en compañía del PC, que por fin había descubierto las mieles del nacionalismo revolucionario de Menem. 

El "Colorado" fue aun más lejos:  justificar las propuestas privatistas del contador Domingo Cavallo. ¿El motivo? La administración oligárquica de las empresas públicas había destruido su aptitud redentora. Era imposible recuperarlas, por tanto, liquidarlas a precio vil resultaba apenas un mal menor.  

En rigor de verdad, el socialismo de Ramos, incluso en su modulación criolla, había muerto el 1 de julio de 1974, junto a las tres banderas del General Perón. Para el jefe de la Izquierda Nacional el peronismo del '45 era idéntico al del '73, y la presencia de una corriente revolucionaria socialista, inicialmente auspiciada por el propio Perón, no cambiaba nada. El peronismo era siempre invariablemente igual a sí mismo. Por tanto, en el '73 se negó a confluir con sus segmentos dinámicos, y cuando el General "olvida" el "socialismo nacional" y recurre a la Triple A para dirimir "diferencias internas", Ramos acusa a Montoneros de actuar como provocadores "objetivamente pro imperialistas".  A tal punto, que el 25 de mayo del '74, cuando la JP enfrenta  la dirección del General y abandona la histórica Plaza, Ramos discurre amablemente en el palco junto al presidente de la República. La brújula de Ramos estaba definitivamente rota. 

No sólo formó parte del frente único antiguerrillero del '76, junto a todos los partidos del arco parlamentario, no sólo jamás denunció las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos, sino que durante la Guerra de Malvinas apoyó públicamente al general majestuoso. El Ejercito Argentino era desde su perspectiva uno de los protagonistas de la revolución nacional, y Malvinas una "gesta heroica" que las fuerzas nacionales libraban contra el imperialismo inglés. Esa perspectiva, compartida por casi todos, fue prudentemente abandonada. Sólo Ramos insiste llevando el dislate a un punto sin retorno. 

El hombre que supo el 17 de octubre de 1945 que los trabajadores cambiaban de rumbo, el brillante panfletista que defendió el derecho de Perón a ser candidato en1973, como parte de los derechos democráticos del proletariado, terminó siendo un arribista vulgar. 

Merecía otro destino. La política, actividad antropofágica por excelencia, lo arrinconó y él no supo eludir la trampa de una tragedia sin brillo.

Origen:
http://tiempo.infonews.com/nota/133787/veinte-anos-despues




jueves, 25 de septiembre de 2014



Pobre Tula. Esperemos que no termine descartado (exprimido hasta que no le quede 
una gota de sangre para dar) como pasó con Tuzzio.

Hacer el foco en Tula por el papelón del domingo, sería lamentable. 
Todo el equipo fue un horror. 
Cuerpo técnico incluido (Que, nada más para empezar,
regaló todo el primer tiempo)

En relación al equipo que paró hoy Almirón, 
los nombres componen la opción más ofensiva posible actualmente. 

De cualquier forma, no me parece que sea un tema de dibujo táctico sino de nombres. 

Hay siete que no pueden faltar en el once titular: 
El rusito Rodriguez, Bellocq y Vidal, Pisano y Mancuello. Pizzini y Riaño.

Los otros cuatro, a criterio del técnico, completarían la formación. 
Seguramente tres irían a la defensa. 
Sobran nombres para armar una buena línea defensiva.

El restante, en ataque, puede ser un media punta, como el Rolfi, por ejemplo. 
Pero no es el único. Si quiere un enganche puede ser Insúa, 
pero me parece que ya está muy lento para este equipo. 
Un punta puede ser Lucero.

No importa demasiado quién sea. 
Lo que si importa, es esa columna fundamental de siete nombres. 
Con ellos, cualquier otro se va a acomodar.

C.V.

A propósito: no entiendo el cuestionamiento a una 
supuesta línea de tres de Almirón 
¿Cuándo jugamos con tres atrás? 
Hemos jugado con cuatro. 
Normalmente con cinco ¿O no?

¿Tres?

El problema es que se paran en línea; 
parecen esos alambrados de campo descuidado, 
llenos de agujeros por donde se cruzan los animales...


martes, 23 de septiembre de 2014




TRELEW SEGÚN AGUSTIN TOSCO

El recuerdo de los mártires caídos

Lo que sigue son las declaraciones de Agustín Tosco en la edición del diario 
El Mundo del 24 de agosto de 1973.

Un año antes, el Gringo había sido testigo del fusilamiento de un grupo de compañeros en la 
Base Aeronaval Almirante Zar.




“Desde el 15 de agosto, día de la evasión,vivíamos en un clima de gran ansiedad. 

Habíamos sido reagrupados en pabellones distintos a los que ocupábamos en aquella fecha, y aislados rigurosamente en cada una de las celdas individuales. 

La puerta de la celda era maciza, con algunos agujeros de un centímetro de diámetro, que hacían de mirilla para los celadores que nos observaban y controlaban constantemente.

Una especie de pequeña ventana,con barrotes cruzados, semejante a una claraboya sin vidrios, colocada sobre la puerta, nos permitía mirar directamente a algunos compañeros, a los ubicados en las cinco o seis celdas de enfrente; para ello debíamos subirnos a la cabecera de la cama y estar en posición muy incómoda. Pero lo hacíamos con entusiasmo, pues eso nos permitía contactarnos de alguna manera, plantearnos los interrogantes que la situación de incomunicación nos obligaba, e ir trasmitiendo las
opiniones con el lenguaje mudo de la mano, en lo que ya éramos expertos.

Dados los cuarenta y cinco metros de longitud del pabellón y las dos series de veintiuna celdas a cada costado del mismo, la retrasmisión se iba haciendo en forma de zigzag hasta completar la totalidad. Nuestra preocupación mayor era la suerte corrida por los compañeros que se habían fugado. Muchos de los prisioneros pertenecían a organizaciones armadas y otros no; es decir, 
los que nos encontrábamos en el pabellón. 

Más a todos nos embargaba una seria inquietud pues la noche del 15 de agosto, habíamos escuchado por radio que todavía en ese entonces se nos permitía tener, que habían sido apresados en el Aeropuerto de Trelew; que se les había dado garantías de reintegrarlos al penal; que estaban en marcha hacia el mismo, en una columna que encabezaban Pujadas,el juez Godoy, 
el doctor Amaya y miembros de las fuerzas de represión.

La noche del 15 de agosto, en la que permaneció tomado interiormente el
penal, escuchamos las emisoras de Chile, donde se daba cuenta del secuestro del avión, y que en él viajaban Santucho, Osatinsky, Vaca Narvaja, Gorriarán, Quieto y Mena. 
Pero el 16 de agosto a la mañana, que se nos incomunicó, no sabíamos 
casi nada de los diecinueve restantes.

Teníamos la posibilidad de informarnos muy precariamente por dos vías: en la guardia los celadores solían escuchar los informativos y todos hacíamos un profundo silencio para tratar de pescar algo;el contacto con algunos celadores más “flexibles”. 

Cuando nos abrían la puerta para ir al baño o cuando nos traían la comida,también podía damos una “pista”. Antes del mediodía del 22 de agosto,algunos compañeros comenzaron a transmitir con el lenguaje mudo que parecía que tres prisioneros que estaban en la Base Naval de Trelew habían sido asesinados. Una gran angustia experimentó todo el pabellón.

 Por la mañana habían requisado en forma muy dura -ellos ya sabían lo acontecido en la madrugada- y propinaron golpes de puño a varios, además de hacernos correr
desnudos desde el baño a cada una de las celdas. 
Habíamos gritado y protestado con toda nuestra fuerza.

A medida que lográbamos noticias, precarias todas, iba aumentando el número de muertos. Decían que Pujadas había intentado apoderarse de la ametralladora de un guardia, que se había generalizado un tiroteo y que habían caído todos. 
A las 17 horas estaba prácticamente confirmado que habían sido muertos 
los diecinueve compañeros en la Base Aeronaval.

Fueron horas de intenso dramatismo. Todos estábamos encaramados y tomados de los barrotes cruzados de la ventana de la celda hacia el interior del pabellón. 
Había rostros enmudecidos.

Otros lloraban con profundo dolor y rabia. Algunos gritaban y daban vivas a cada uno de los caídos y a las organizaciones guerrilleras, a la clase obrera, a la revolución y a la Patria. 

A la noche se preparó un homenaje simultáneo en los seis pabellones 
ocupados por los presos políticos y sociales.
Espontáneamente cada uno relataba aspectos de la vida, las convicciones, 
la personalidad de los caídos, hasta completarlos a todos. 

Posteriormente hablaron varios enjuiciando y condenando el alevoso crimen y fijando la responsabilidad en la dictadura y el sistema. Luego a voz de cuello se
gritó el nombre de cada uno y cada vez se respondía en forma vibrante y unánime:¡Presente! ¡Hasta la victoria siempre! 
Se entonaron colectivamente las distintas marchas partidarias. 

Todo quedó en silencio. Los guardias ordenaron acostarse. Esa noche nadie durmió. 
El recuerdo de los mártires caídos, la imagen de cada uno, el heroico ejemplo de cada uno, llenaba la imaginación, hacía estremecer los sentimientos y daba una
pauta más del duro y glorioso camino revolucionario que recorren la clase obrera y el pueblo hasta su total y definitiva liberación.”.


Fuente, periódico Nuestra Propuesta,
Semanario del Partido Comunista.
Nº 1171. 25 de Setiembre de 2014




lunes, 22 de septiembre de 2014



Hace 40 años moría Juan José Hernández Arregui



Es cierto que también ayer jugamos mal en defensa. Siempre jugamos mal en defensa. Pero contra River es suicida.

Sin embargo no es que jugamos mal solo en defensa. El equipo no jugó a nada. Estuvo apichonado, sin alma, directamente ausente. No fue al Monumental. Hubo mérito innegable de River. Pero mucho defecto nuestro.

Tampoco el tema es principalmente que perdimos. Ni siquiera el resultado 
4 - 1. Aunque el resultado diga mucho. Lo principal, es cómo perdimos. 

La defensa juega mal, pero el resto del equipo no se la hizo (no se la hace) precisamente fácil. Independiente fue un equipo lento, sin ideas, previsible. River manejó el partido como quiso. Con la autoridad del maestro respecto del alumno.

Eso actualmente es inaceptable. Actuaciones como la de ayer, lastimosas, de cobardía deportiva, no pueden permitirse. Hay que ser tajantes. Pertenecen a otra etapa del club que, por respeto a la historia y al hincha (al hincha que se respeta) debe quedar atrás.

No son cosas que se pueden cambiar por decreto. Pero se pueden enfrentar con legítima autoridad. Y tomar las decisiones necesarias para erradicarlas. Firmes y dignos, se gane, empate a pierda, es el piso de exigencia. De ahí a la gloria deportiva, el techo. Es inaceptable cualquier otra actitud profesional. Hay plantel para no regocijarse en la mediocridad.

El cuerpo técnico no es ajeno a este desempeño lamentable de ayer. Tampoco a otros anteriores. Pero claro, contra algunos rivales, se nota más. Contra River, fue blanquear las fragilidades.

Lo mejor que pueden hacer ahora, tanto los jugadores como el cuerpo técnico, es callar. O hablar solo para pedir las necesarias, breves disculpas y seguir trabajando con humildad, en silencio.

No estaría mal, a modo de sincera autocrítica que todos, jugadores y cuerpo técnico, donen sus honorarios de la fecha que, calculo, en varios casos no deben ser monedas, para alguna causa humanitaria; un comedor, hospital. Incluso obras imprescindibles que el club esté necesitando después de la devastación que padeció los últimos veinte años y especialmente durante la última gestión.

No cambiaría el resultado ni la imagen deportiva. Pero sería un gesto que los reconciliaría con el hincha y la ética. Mostraría que estamos en el buen camino, en la búsqueda sana. No estaría mal. No sería poco.

C.V.

domingo, 21 de septiembre de 2014



MARXISMO, HISTORIA Y AUTODETERMINACIÓN 



 Hoy vamos a jugar uno de los dos clásicos. El otro es con Boca. Para nosotros, decir clásico, es hablar de la porfía futbolera entre los tres más grandes de Argentina.


Con River es una disputa por el paladar negro, afirmándonos en el camino del "buen pie y pelotas". Picapiedras abstenerse.

Ambos llegamos entonados. River, más armadito, más a punto. Nosotros, en construcción. No importa. Hay que salir a jugar con actitud y buscando la victoria deportiva, por el camino futbolero que el técnico tiene en su cabeza e intenta concretar en juego colectivo. Jugadores hay. Para la media local, estamos más que bien.


Sin regalarse, sin suicidarse, hay que buscar el partido con respeto por la historia de Independiente, por el rojo de las grandes épocas. 




La decadencia, institucional y deportiva, parecería que empieza a quedar atrás. Se están haciendo reales intentos en esa dirección. Que el partido de hoy en el Monumental, 
sea un paso más hacia ese objetivo.


Hoy los jugadores, prácticamente solos con su coraje deportivo y capacidad técnica y, no es poco, vistiendo una camiseta pesada, cargada de copas y hazañas, de visitantes, con 70. 000 millos en las tribunas, tendrán la oportunidad de meterse en la historia, en la historia grande de Independiente. Como dijera el gran Obdulio, “En la cancha somos once contra once y los de afuera son de palo”.


Muchachos, a jugar a la pelota. A disfrutar este juego deportivo profesional. A recuperar la historia grande del club. La identidad. A ganar.

C.V.



Puede parecer agresivo, o chicana, referenciar los clásicos entre los tres más grandes y no mencionar a nuestros primos de Avellaneda. No es esa la intención, desde ya.

De los millos ya hablamos. Quizá sería justo agregar que en esa historia, la paternidad millo es un hueso duro de pelar. No importa. La vida sigue. Hoy podemos achicar la diferencia. Y seguir trabajando seriamente para revertirla.

Con Boca la porfía es exactamente la contraria que en el clásico con River. Es el enfrentamiento deportivo entre dos estilos, ambos de fútbol, “entre la fuerza y el talento”, se decía hace muchos años. No era tan tajante la cosa, pero algo de eso había. 

Durante muchos años, la paternidad fue nuestra. Luego, cuando entramos en esa larga agonía que hoy queremos dejar definitivamente atrás, los números se dieron vuelta. 
Habrá que ver como sigue la historia.


¿Y Racing? Racing son nuestros primos, nuestros vecinos, el clásico de barrio. No da para clásico; siempre fue un encuentro familiar. Solo una historia, también de decadencia, que asoló la patria, pudo llevarnos con ellos a antagonizar en los actuales términos 

¿Cómo se puede antagonizar, cuando en una familia hay hinchas de ambos equipos. Por ahí, un padre rojo y una madre académica. Y los hijos mezclados en las preferencias 

¿Cómo odiarse entre vecinos, que en el resto de los días, compartían todo? La vereda, la calle, la barra de la esquina, el almacén del barrio, la escuela, el laburo, la huelga, la resistencia...

Menos odiarlos nosotros a ellos, que casi siempre les ganamos. 

No, con Racing no puede, no debe ser un clásico a secas. Mucho menos, uno con sangre y desde el odio. Tiene que volver a ser el clásico de barrio. 

Cuando logremos extinguir estructuralmente las causas de la frustración nacional, las aguas encontrarán su equilibrio. Ya no habrá enfrentamientos entre hermanos, ni siquiera en el plano deportivo. Ese es el camino. Por ahí va la cosa.

viernes, 19 de septiembre de 2014


John William Cooke: claves para un peronismo revolucionario (*)

En su mente Peronismo y Revolución eran uno y el camino la vía armada con las masas encabezando la caravana; y el imperialismo, la oligarquía y los cipayos del lado de los enemigos. Llevar eso a la realidad se convirtió en tarea titánica que lo fue desplazando de la cúpula del movimiento, y lo enfrentó con Perón. El jefe desde el exilio en la España de Franco, comenzaba de a poquito a tirarse para el otro costado.

...

Sus detractores se encargaron de que quede un poquito guardado al fondo de la historia oficial peronista. Pero Cooke dejó, sin dudas, un legado intelectual y político clarificador para los que sí tenemos la consigna de cambiar la estructura de una sociedad desigual y mover los cimientos de la colonización. El ejercicio de leer sus escritos y conocer su ejemplo de lucha debe ser tarea obligatoria de todos lo que se pretenden militantes y constructores del cambio.

...

John William Cooke. Murió con su nombre de imperio y con su firmeza revolucionaria el 19 de septiembre de 1968, a los 48 años abatido por un cáncer de pulmón. Por suerte no llegó a ver el derrumbe del último gobierno peronista, la traición de su líder a la juventud y el permiso de ingreso a la Triple A de López Rega.

...

Dio órdenes precisas hasta el último minuto. Ni muerto podía permitirse perder su coherencia, ni doblegar su espíritu rebelde. Nada de ceremonias religiosas, ni velorios. Nada de desperdiciar órganos ni dejarle el cuerpo a los gusanos. Quizás esa fue su forma de sentirse eterno.

(*) Por Colectivo Alegre Rebeldía