jueves, 11 de enero de 2018


Este gobierno avanza sin demasiados recaudos porque entendió que las formas de organización del campo popular están totalmente anacrónicas, que es un fin de época, y por lo tanto, la debilidad, extrema, más allá de que se junta, protesta, denuncia. Pero sin eficacia concreta. Acciones que se consumen en si mismas. 

Ellos vigilan con atención dos sectores de potencial conflicto: Cristina con sus 3 y medio millones de votos en la principal provincia, a quien no pueden domesticar a pesar de amenazas, causas, difamaciones, etc., etc., y el movimiento obrero, al que temporalmente pueden controlar por la complicidad de la burocracia sindical, empresarial carpetera. 

Pero en algún momento el hilo se va cortar, porque no se lo puede estirar para siempre, menos con un pueblo y trabajadores con la tradición de lucha nuestra. Ojalá que no sea un movida inorgánica como casi todas las que conocimos, que terminan en una carnicería inútil, descomprimen un tiempo, y luego todo vuelve a la "normalidad". 

Alguna vez seremos capaces de construir una dirección política real, a la medida de las necesidades profundas de este siglo XXI. 

O quizá no.

cv

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