jueves, 27 de noviembre de 2014



"Ilusiones putinescas" de un sector de la izquierda argentina que,
resignada a no disputar consecuentemente el poder impulsando auténticamente 
la liberación nacional y unidad socialista de Nuestramérica,
se ilusiona con el acorralado oso ruso, cuando no con los mandarines chinocas, 
a la búsqueda de soluciones.
Es increíble que todavía se puedan ver estas cosas... O no...

Putin prefiere olvidar que sus raíces se hunden en las 
nefastas socialburocracias que implosionaron Urssia y sus satélites.

Y cierta izquierda que la actual postura de la mafiosa dirigencia rusa obedece a que el
imperialismo se propone llevársela puesta y hegemonizar esa región todavía en disputa.

En lo que dijo Putin, está contenida toda su supuesta progresividad:

"Putin dejó sentado muy claramente que Rusia no se cruzará de brazos
ante las amenazas que se ciernen sobre su seguridad nacional.

Utilizó para transmitir ese mensaje una elocuente metáfora para referirse,
indirectamente, a los planes de la NATO de rodear a Rusia con bases militares y
para responder a las inquietudes manifestadas por algunos de los presentes
acerca de una eventual expansión imperialista rusa.

Dijo que en su país se le tiene gran respeto al oso 
amo y señor de la inmensidad de la taiga siberiana,
y que para actuar en su territorio ni se molesta en pedirle permiso a nadie.

Puedo asegurar que no tiene intenciones de trasladarse hacia otras zonas climáticas
porque no se sentiría cómodo en ellas.
Pero jamás permitiría que alguien se apropie de su taiga. 
Creo que esto está claro.”

No estamos poniendo en duda el derecho ruso a defenderse del imperialismo. 
Proponemos no comer vidrio, nada más.

Incluso está muy bien si un país comercia con otro por conveniencia nacional.
No es peor intercambiar con la mafia rusa o china que hacerlo con la mafia yanqui o europea, por ejemplo.
Incluso hasta puede ser más conveniente hacerlo con Rusia o China.

Siempre que no implique profundizar aún más la dependencia. 
Cambiar de collar y seguir siendo perro.

Para evitarlo, latinoamérica debe negociar hacia afuera como fuerza única, integrada. 
Como un polo soberano de la deseada multipolaridad.

Para esto, no hace falta disfrazar de estadista, a esta runfla. De políticos populares.
Son, en el caso ruso, mafia peleando para sobrevivir.
En tanto los chinos, van por transformar el mundo en su patio trasero, a partir del actual siglo XXI.
Con paciencia oriental y maneras milenarias, eso si.

C.V.


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