Según Kunkel "... puede ser que haya una lista de legisladores nacionales que vaya compartida por las dos fórmulas presidenciales". 

Se competiría por el premio mayor y la gobernación de Buenos Aires.

El tema es que si una de las dos fórmulas, en ambos niveles (Presidente y Gobernador) no fuera verdaderamente K sino un híbrido triste, sería ir a una interna para perder seguro contra el neopejotismo expresado en Daniel Scioli y quien lo acompañe a la gobernación.

Simulación, en realidad. Para guardar las formas, nada más. El resultado estaría puesto de antemano.

Considerando que desde la conducción estratégica parece no haber predisposición a impulsar un candidato K "pura sangre", al menos a la presidencia, vamos a insistir en lo que venimos diciendo, ya que todavía faltan cinco meses para las PASO: hay tiempo para pensar en un candidato de unidad del FpV, superador de las actuales ofertas que más están midiendo en las encuestas.

Ninguna de las dos representa cabalmente al Proyecto K. La mejor opción sería un justicialista K, aceptable para el kirchnerismo y para el neopejotismo. Y tirar todos juntos.

C.V.