lunes, 6 de abril de 2015




Esta es una buena reflexión de Giardinelli, aunque no necesariamente se esté de acuerdo en todo lo que dice.

Pero al menos es, me parece, la primera vez que alguien tiene la lucidez de ver y escribir que: "Ahora habrá que esperar las PASO, en las que el kirchnerismo deberá eludir el tremendo error de ir “unido” y sin presentar alternativas. Y es que la vieja, absurda manía peronista de la “unidad” no sólo va en contra de las PASO, sino que cierra opciones, y la ciudadanía hoy quiere eso: optar".

Tal cual. Hasta aquí el kirchnerismo no se atrevió a ser. No ya como identidad política autónoma, algo que probablemente nunca se propuso. Ni siquiera insistir como línea interna hegemónica del Movimiento Nacional Justicialista -sumados sus trasversales satélites-, es decir, como fue desde 2003.

En cambio allanó el camino a la recomposición de un neopejotismo que, lógicamente, agradeció la ingenuidad recuperando centralidad política y haciéndolo a un costado.

El kirchnerismo, hasta aquí, no se atrevió a proyectar un candidato propio pura sangre.

Y convengamos que a esta altura ya es medio tarde. Una salida jacobina tal, muy probablemente serviría en bandeja a la Embajada y sus gorilas y zonzos, la alianza entre Scioli y Massa, garantizando directamente la vuelta al país gangsterjusticialista pre 2003.

Por eso, no estaría mal intentar una fórmula superadora, de unidad: Ni Scioli, ni Randazzo, hoy el mejor rankeado por el multiverso K. Consensuar un justicialista aceptado por el neopejotismo y el kirchnerismo que garantice la unidad militante del FpV en la campaña y la posibilidad cierta de continuar y profundizar el Proyecto desde el gobierno.

Aunque todavía hay tiempo, no parece haber voluntad política. Más bien todo indica, que ya estaría todo arreglado.El "Tío" Scioli, candidato.


C.V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario