domingo, 26 de abril de 2015




Será importante que, con el paso de los días, comiencen a aparecer análisis referidos a los recientes acuerdos Argentina-Rusia.

No solo de los escribas oficiales a sueldo. Con los chinos se fue abriendo progresivamente el juego y cualquiera que quisiera saber, finalmente pudo.

Los rusos tienen desde siempre un blindaje mayor, en argentina. Los chinos nunca tuvieron muy buena prensa, o quizá si, pero más acotada. Argentina era zona de influencia moscovita... Los rusos, habiendo contado aquí con un militante club de amigos propio durante buena parte del siglo XX, todavía hoy, a pesar de la implosión de las socialburocracias hacia fines de los últimos ´80, conservan una silenciosa, nostálgica, informal pero consecuente adhesión, casi diríamos mesiánicamente esperanzada, en la resurrección de lo que definitivamente no fue. Y Putin, claro, no es ni se propone ser. Despierten, amigos.

Por lo tanto, bienvenidos sean próximos análisis serios, patrióticos y populares respecto de la llamada alianza estratégica integral con los tovarich rusos.

C.V.

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