viernes, 30 de enero de 2015






Quizá se esté empezando a abrir el debate acerca de las limitadas reales posibilidades de cambios estructurales en la inteligencia sin el fundamento de una auténtica democracia popular.


El entrelazamiento de la Inteligencia con los tres poderes clásicos, a los que se debe sumar el periodismo, la iglesia y un largo etcétera, siempre, en todos los gobiernos, es total y la tentación de fortalecerlo y perpetuarlo, irresistible.


Es cierto que un gobierno saliente puede plantearse un braguetazo jacobino; algo parecido a la cirugía profunda. O todo lo profunda que la democracia representativa tolera en una semicolonia.


La táctica de gorilas y zonzos será, seguramente, amortiguar los daños hasta que el panorama político se aclare a fines de este año. No tienen mucho de que preocuparse, al menos en la foto de hoy, considerando que todas las opciones reales van progresivamente de la centroderecha a la derecha explícita: Scioli, Cobos-Binner, Massa, Macri.


Alguna solución van a encontrar con cualquiera de ellos, para volver a la normalidad antinacional y antipopular. En todo. También en el tema de la Inteligencia.


Democracia popular, es la única opción real de cambio: por la liberación nacional y la integración regional, en perspectiva emancipatoria poscapitalista. Entonces tendremos nuestra necesaria, patriótica Inteligencia.


Mientras tanto, mejoremos todo lo que se pueda. Demos la pelea. Para mantener los reflejos. Para no oxidarnos.

C.V.

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