viernes, 25 de julio de 2014




A esta altura sería conveniente no insistir en lo que ya todos conocemos y en cambio comenzar a debatir los nuevos problemas: las limitaciones de clase de varios de los liderazgos y alianzas políticas de la región, que no lograron continuar el empuje fundacional del Comandante Chávez, Néstor Kirchner y Lula, desde que el mundo comenzó a orientarse decididamente hacia la barbarie, con la actual crisis.

También, y sin desestimar probables coincidencias con la izquierda de los centros, considerar seriamente que la crisis del primer mundo podrá ser asumida de forma militante y combativa por sus pueblos, solo en la medida en que la periferia, por ejemplo, Latinoamérica y el Caribe, profundice la desconexión de los centros, como propuso Samir Amín hace muchos años. Los pueblos de los centros, solo se decidirán a enfrentar consecuentemente a sus burguesías, por necesidad. Cuando no puedan seguir siendo socios menores de la burguesía imperialista.

Antes incluso, es probable que prefieran aliarse con ellas contra los pueblos pobres, en una nueva carnicería. Sobran ejemplos de esto, durante el pasado siglo.

Dependerá en mucho de las direcciones políticas que logren construir. Y esto a su vez, estará muy condicionado a la presión que nosotros, desde la periferia, seamos capaces de sostener, con medidas soberanas de independencia económica e integración regional, que devuelvan y profundicen las contradicciones al interior de los países centrales.

C.V.

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