viernes, 11 de julio de 2014



Será hasta mañana. Me voy a dormir.

Recién imaginaba que Lío el domingo hace su travesura, el gol que define el partido, el que nos da la copa. 

Apila y desparrama en carrera, esquivando hachazos, 4 o 5 merkels incluido el robocop arquero y acomoda suave la brazuca en la red, para salir volando al abrazo compañero.

Atrás quedan los vencidos. Brazos en jarra o rodilla en tierra, preguntándose ¿Como hace?

Descubriendo en la derrota, que para algunas preguntas, la filosofía de Heidegger no tiene respuestas.


De yapa, imagino al Diego entregándole el trofeo.


C.V.

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