domingo, 13 de julio de 2014




El de hoy en el Maracaná, será el segundo –y último- partido 
que habremos de jugar contra un rival de verdadero nivel, 
en este mundial que fue el mejor en mucho tiempo. 

Nada menos que la final contra la selección alemana, 
hasta aquí, la mejor  del torneo.

Alemania juega fútbol de una belleza simple y absolutamente efectiva. 
Lo vimos con Brasil.

Llegan a la final físicamente enteros y 
con la autoestima allá arriba. Intratables.

¿Nosotros? Es difícil saber. 
Salvo que estamos muy bien en lo anímico; no es poco.

Venimos de jugar contra Holanda, 
con inteligencia durante los primeros 90. 

La mejor propuesta posible considerando la sencillez del conjunto, 
es decir, los recursos humanos disponibles y el, hasta entonces, 
frágil funcionamiento colectivo.

MasCHE “un mostro”. Los dos de ataque, Lío y el Pipa, 
muy lejos de lo que necesitamos. 

El resto de los que arrancaron el partido, 
en general, cumplieron: prolijos y eficientes. 
Los cambios no aportaron demasiado.

A los 90 MasCHE tapó una llegada del pelado correcaminos 
que habilitó el alargue. A esa altura del partido, 
ya sin más tiempo, si entraba era definitiva. 

Fue la primera llegada de verdadero peligro. 
Antes, no hubo otra para ninguno de los dos. 
¡En 90 minutos!

El equipo ya no fue el mismo en el suplementario. 
Aunque cualquiera de las dos que tuvieron Palacios y Rodriguez, 
en los segundos 15, probablemente hubieran cerrado el partido. 

Hubo una merma física evidente en los nuestros. 
Llegar a los penales comenzó a aparecer como un puerto atractivo, 
a pesar de lo impredecibles que son.

Allí Chiquito Romero nos dio el pase a la final.

¿Se puede jugar contra Alemania, como contra Holanda? 
No parece. 

Los holandeses son fuertes y a veces juegan bien. 

Los alemanes, en cambio, 
juegan casi siempre muy bien y además, 
siguen siendo muy fuertes físicamente. 
La actitud ganadora, también permanece inalterada.

Se dice que cambiaron aquel fútbol físico 
por el buen pie sudamericano. 

Si es así, habrá que avisarle a los alemanes, 
porque parece que no se enteraron 
que físicamente ahora son menos.

En realidad, además que juegan realmente bien, 
corren como máquinas los 90 minutos. 

Contra Brasil levantaron el pie del acelerador 
prácticamente todo el segundo tiempo. 

No parecía porque, a media máquina, 
seguían llegando con una facilidad asombrosa. 
Aun cuando concedamos que Brasil estaba muerto.

Todo indica que vamos a enfrentar un equipo que jugará muy bien, 
es muy fuerte y está anímicamente cebado. 

Es verdad que también les puede salir todo mal, 
porque esto es fútbol. 

Y porque enfrente estaremos nosotros. 
La selección Argentina.

Algunos –respetables entendidos- proponen jugarle de contra.

¿Es la mejor táctica esperarlos para meter la contra precisa?

¿No sería mejor, antes que regalar la pelota y espacio, 
tratar de asegurarla nosotros e ir 
progresando en bloque hacia el arco alemán? 
Equipo que le quitan la pelota, no juega. 
Aunque tenerla no garantice ganar.

¿Le vamos a regalar el espacio y la pelota a los alemanes? 
No parece muy inteligente.
Otra cosa sería que su juego nos lleve a eso.

Además ¿con quienes lastimaríamos de contra? 
¿Con el actual Higuain? ¿Con este Agüero? 
¿Si juega, con Di María como está hoy? 
Tampoco Lío mostró un nivel aceptable contra Holanda. 
Siempre está la posibilidad de que se enciendan, claro.

Cualquiera de ellos, si está bien, 
de contra puede liquidar. 
Pero si están bien ¿para que jugar de contra 
si podemos ir a buscar el arco de enfrente y lastimar en serio?

Además está lo físico 
¿Cómo llegamos a este partido?

¿Cómo está MasCHE, que es fundamental?

Lío parecía muy agotado contra Holanda.

Higuain -algo excedido en kilos- un poco mejoró; 
pero no está ni remotamente en su nivel. 
Además, me parece, no está jugando donde 
verdaderamente rinde que es como 9 de área, 
lo mas frontal posible y metiéndose hasta el arco. 

Agüero no parece estar recuperado 
¿Para cuantos minutos está realmente? 

¿Vuelve Di María? 
¿Cuantos minutos está en condiciones de jugar? 

El resto de los muchachos hizo un gasto importante contra Holanda 
¿Cómo llegan?

Por todas estas dudas y otras, 
este es uno de esos partidos en que “estará bien” 
lo que decida el técnico, 
considerando que es el único que está 
con los jugadores en el día a día y en esta oportunidad, 
el rendimiento dependerá muy especialmente 
de múltiples variables técnicas, físicas, anímicas, 
que sólo él podrá armonizar en un todo coherente 
resolviendo sobre la marcha. 

Sabella no es un improvisado y es 
el que dispone de la información completa.


No obstante, algunas elementales cuestiones, 
“de manual”, parecen conservar vigencia también ahora:

-        Todo indica que los muchachos están enteros de la cabeza 
y decididos a ir por el premio mayor. 

Entonces, más allá de las recomendaciones de rigor, 
en el sentido de no regalarse, de cuidar la pelota 
y mantener el orden táctico, de meter presión hacia adelante, 
de avanzar y retroceder en bloque, 
de mantener la concentración, 
de pegar y raspar con precisión quirúrgica, 
de no discutir boberías con el árbitro y líneas 
que puedan derivar en expulsiones, 
la consigna es, 
VAMOS POR TODO. ARGENTINA CAMPEÓN.
Muchachos, está todo el pueblo futbolero bancando.  

-        Este partido puede y debe ser el de la consagración, 
con la camiseta argentina, 
del mejor jugador del mundo, nuestro Lío Messi. 

Si él quiere, puede. 
No estamos hablando de un jugador normal o muy bueno. 
Hablamos de un genio de la pelota. 

Aunque hoy no esté 10 puntos. 

Pero un Messi 8 puntos es suficiente para complicar a cualquiera, 
alemanes incluidos, y definir un partido. 

Pero es él quien debe convencerse. 

Liberarse. Su limitación es mental, 
aún si existiera cierta fatiga muscular y alguna molestia física.
Está en su cabeza. 

Si se suelta, si decide volar, 
el pibe hace estragos y te gana la copa.

La verdad es que podemos. 
Haciendo lo que aquí y hora es justo y necesario, podemos. 

Aceptando nuestros límites pero confiando 
en que prevalezcan las ventajas diferenciales, 
como Messi y MasCHE principalmente. 

Jugando con actitud ganadora,  
disciplina táctica 
(será decisivo cortar el circuito alemán en el medio, 
obligarlos a bajar un cambio) 
encontrando los espacios y aprovechando 
todo el buen pie disponible hoy.



Pasado el mundial, después de la euforia 
(o la comprensible tristeza) 
será posible iniciar la reflexión necesaria.

La pregunta del millón 
¿Qué hacer con nuestro fútbol? 
¿Seguiremos sufriendo innecesariamente en cada eliminatoria, 
en cada mundial, 
o estaremos dispuestos 
replantearnos conceptualmente el fútbol, 
desde lo institucional hasta lo estrictamente juego.

¿Seguiremos aceptando resignadamente que el fútbol, 
globalmente considerado, 
es brutalmente negocio o, sin negarlo, 
comenzaremos a analizar que formas y contenidos 
requiere este juego deportivo profesional 
–que hunde sus raíces en el semillero amateur- 
para que pueda cabalmente expresar la 
auténtica cultura popular argentina y de la patria grande?

Si, estamos sugiriendo un modelo conceptual alternativo 
al mafioso ahora vigente. 

Estamos diciendo que el fútbol es mucho más que negocio. 

Es primero identidad. 
Que se nutre de la cultura popular y 
por lo tanto tiene una función social que cumplir.

Se trata de pensar que lugar debe ocupar el fútbol, 
en tanto cultura popular y forjador de identidad, 
en el proyecto patriótico y popular.

Menos FIFA y AFA nostras, 
menos dráculas intermediarios y prensa canalla. 
Menos lacras bravas y técnicos mercenarios. 
Menos élite de jugadores supermillonarios 
a los que ya poco o nada importa 
el sentimiento de la tribuna.



Para el final, un pequeño ejemplo. 
Nada más que un ejemplo. 
El de la selección alemana, nuestra rival hoy. 

Sus integrantes juegan casi todos en la liga local. 

A la mayoría no le interesa irse al exterior. 

Se quedan en Alemania 

¿Por qué?

Porque los gobiernos crean las condiciones necesarias 
para evitar que prefieran emigrar. 

Hoy juegan la final y hasta aquí fue 
–ya lo dijimos- el mejor equipo del mundial 

¿Qué igual tienen roce europeo en los torneos internacionales? 

Nosotros podemos tenerlo regional, 
si se organiza un responsable, jerarquizado 
y eficaz circuito futbolero nuestroamericano 

¿Qué nos impediría contar con un espacio 
regional competitivo de nivel mundial? 

Se trata de producir en el fútbol, 
los cambios estructurales necesarios 
para que la mayoría de los jugadores, 
en nuestro caso argentinos, 
puedan quedarse a prestigiar la liga local 
e integrar la selección. 

No faltará quien siga eligiendo irse. No hay problema.
La historia la hacen las mayorías. Siempre.

Y…  ¡Aguante Fútbol para Todos!

C.V.


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